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Análisis con humor de la organización de una empresa española

En 1999 se celebró una carrera de remo entre empleados de una empresa japonesa y de otra española…

Se dio la salida y los japoneses empezaron a destacar
desde el primer momento, llegando a la meta con una hora de ventaja sobre el
equipo español.
 

La dirección de la empresa española analizó las causas
de tan amarga derrota y advirtió que el equipo japonés estaba compuesto por 10
remeros y un jefe de equipo, mientras que la tripulación española la componían
10 jefes de equipo y un remero, por lo que se decidió adoptar las medidas
adecuadas.
 

En 2000, la tripulación japonesa llegó dos horas y
media antes que la española.
 

La Dirección se volvió a reunir y, tras un sonoro
rapapolvo a la Gerencia, concluyeron que los japoneses habían repetido  estrategia 10 remeros y 1 jefe de equipo)
mientras que la innovadora tripulación española, remozada tras las eficaces
medidas tomadas el año anterior estaba compuesta por: 1 jefe de equipo, 2
asesores a gerencia, 7 jefes de sección y 1 remero.

La conclusión de la dirección fue unánime: el remero
es un incompetente.
 

En 2001 tras encargar una innovadora trainera al
departamento de nuevas tecnologías, la ventaja de los japoneses fue de cuatro
horas.
 

El equipo directivo reunido para analizar las causas
del nuevo desastre comprobó que el equipo nipón había optado por la ya
tradicional formación (1 jefe de equipo y 10 remeros), mientras que el español,
tras una auditoria externa y el asesoramiento especial del departamento de
Organización, optó por una formación mucho más vanguardista:

1 jefe de equipo, 3 jefes de sección con plus de
productividad, 2 auditores de Arthur Andersen y 4 vigilantes jurados que no
quitaban ojo al único remero de la tripulación, al que habían amonestado y
castigado quitándole los pluses e incentivos tras el fracaso del año anterior.
 

Tras varias horas de reuniones, se acordó que, para la
regata de 2002, el remero sea un becario o en su defecto, una contrata externa,
“ya que, a partir de la vigésimo quinta milla, se ha venido observando
cierta dejadez en el remero de plantilla, actitud que roza el pasotismo y con
comentarios del tipo : “Va a volver a remar su puta madre” al llegar
a la línea de meta”.