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Baba de caracol: ¿milagro o engaño?

Analizamos como nadie el “fenómeno” de la baba de caracol: ¿debes comprarlo… o mejor salir corriendo?

No se trata de sopa de caracol, o de algún otro platillo a base de este molusco. Esta vez, es la baba de caracol la que viene a sorprendernos, y no precisamente a nuestros paladares, sino a nuestros ojos con las maravillas que dicen puede hacer sobre nuestra piel. Pero, ¿puede realmente hacer maravillas sobre nuestra piel?

Si sólo pasas algunos minutos adelante del televisor, habrás visto los avisos comerciales de este producto, que promete acabar con con arrugas, espinillas, cicatrices, estrías y marcas típicas del envejecimiento.
Cremas, lociones humectantes y geles en base al extracto de este molusco pequeño y de lento andar han generado un rápido y gran negocio cosmético.

Nos han dicho que los caracoles tienen la capacidad de regenerar sus tejidos y que, gracias a su baba, ahora esta propiedad puede aplicarse a nosotras.

Sin embargo, ¿qué cosas estarías dispuesta a hacer para evitar que las arrugas pueblen tu rostro? ¿Dejarías que un caracol camine por tu cara?

Aparentemente, la baba que deja a su paso este molusco sería un material útil para prevenir el envejecimiento de la piel y combatir problemas como manchas, cicatrices y acné.

En cualquier caso, puedes quedarte tranquila: no es necesario que el caracol camine sobre tu cara.

“Cryptomphalus Aspersa”

Éste es el nombre de la especie de caracol que hoy se cultiva en criaderos no sólo con fines gastronómicos sino también dermatológicos.

Esto último, gracias a una serie de componentes químicos identificados en la baba y que son de uso habitual en cosmetología por sus propiedades cicatrizantes, antisépticas, lubricantes y regeneradoras de la piel.

Como ocurre casi siempre —sobre todo en el mundo de la ciencia—, el descubrimiento de las propiedades del caracol fue por casualidad.

En 1965, el doctor Abad Iglesias, oncólogo del hospital Gregorio Marañón de Madrid, sometió al “Cryptomphalus Aspersa” a las radiaciones de rayos X y gamma descubrió que no sólo retraía las antenas, sino que segregaba una sustancia especial completamente distinta a la que utilizaba para desplazarse.

Asimismo, descubrió que al mantener las radiaciones sobre el caracol se producían pequeñas lesiones en la piel que el bicho curaba con una increíble rapidez.

Un dato curioso: en la gastronomía, se asegura que quienes manipulan estos moluscos, normalmente, tienen las manos muy suaves y sus heridas cicatrizan pronto. Sigamos investigando.

Baba de caracol bajo la lupa

Antes de darnos un chapuzón en baba, vale hacer la siguiente aclaración: no todas las cremas de baba de caracol son iguales.

Según los expertos, para que los cosméticos a base de baba de caracol sean eficaces, deben ser elaborados con la secreción que el caracol genera ante determinados estímulos externos —como radiaciones o estrés mecánico— para reparar su piel y protegerse de las agresiones externas, y no con la baba que el caracol desprende en sus desplazamientos.

La secreción del caracol “cryptomphalus aspersa” obtenida en estado de estrés es extremadamente rica en proteínas y polisacáridos, responsables de su actividad regeneradora, y nada tiene que ver con la baba que el caracol segrega durante su desplazamiento, carente de actividad biológica y cuya única función es permitir su movilidad.


Beneficios de la baba de caracol: datos positivos

Antes que nada, la "mala" noticia: una búsqueda en Medline, la gigantesca base de datos de publicaciones médicas en la que puede encontrarse (casi) todo lo que se ha publicado -con validez científica-  en el ámbito de la salud, arroja sobre este tema… 0 resultados.

Esto no quiere necesariamente decir que no haya estudios sobre el tema o que los mismos no sean válidos. Pero lo que sí indica es que aún faltan bastante camino -y estudios científicos- por recorrer antes de poder afirmar con certeza que la baba de caracol es realmente efectiva, y en ese caso cuáles son sus indicaciones y -eventualmente- contraindicaciones.

Los estudios disponibles -si bien pocos y más bien preliminares- sugieren que esta sustancia permite prevenir y eliminar arrugas; atenuar estrías, cicatrices de heridas o de enfermedades como la varicela y quemaduras de primer grado; quitar el acné, limpiar manchas producidas por el sol, combatir la celulitis, cicatrizar heridas y atenuar las telangiectasias.

Asimismo, hacen pensar que las cremas elaboradas a base de esta sustancia se pueden utilizar a diario.

Los resultados se apreciarían en el primer mes de tratamiento, aunque se recomienda un tratamiento no inferior a 90 días para lograr una notable mejoría del aspecto y estado de la piel.

La conclusión que puede aventurarse es que la secreción del caracol ejerce una doble función. Por una parte, estimula la formación del colágeno, elastina y del componente dérmico que reparan los signos del fotoenvejecimiento y, por otra parte, minimiza el daño generado por los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel.