Los préstamos ilegales son
estafas que realizan quienes se hacen pasar por
tramitadores. La manera de atraer a los ciudadanos incautos es comentar que
ellos se encargan de acelerar el proceso del trámite de concesión del préstamo.

El modo que se utiliza en la actualidad para atraer masivamente a los clientes
es facilitar préstamos mediante Internet. El modo de accionar es el de
solicitarlos online.

Algunos de los consejos para evitar caer en la red de los prestamistas piratas

Desconfiar de toda aquella persona que asegure la agilización de un trámite que
solamente puede gestionarlo la entidad bancaria.

En el caso de que se quiera
contar con un intermediario para que esté pendiente de los trámites, lo más
conveniente es asegurarse de la identidad de la persona, saber su DNI, dirección
física y nunca confiar en aquella persona que solamente ofrezca una dirección de
correo electrónico para hacer las gestiones.

Los estafadores profesionales tienen estrategias que pueden primero entusiasmar
al cliente. Ofrecen una tasa de interés baja y una buena oportunidad de cancelar
una deuda para después pedir disculpas por el supuesto error y ofrecer una tasa
de interés más alta con otros cambios suplementarios. También hay que desconfiar
de todo aquel prestamista que no aclara las dudas o esquiva las preguntas.

Riesgos importantes que hay que evitar:

Hay que tener un cuidado especial con los préstamos “globo” que pueden llegar a
ofrecerse y que se caracterizan por presentar un pago final en una sola cuota.
Los préstamos de “alto riesgo” dirigidos a clientes con
problemas de crédito.

Las tasas de interés son muy altas y variables. Las ofertas de alta presión son
aquellas que presionan a los usuarios a cerrar una transacción sin tiempo
alguno.

Cuál es el perfil de la persona que buscan los prestamistas:

Aquella persona que desconoce sus derechos, que tiene un historial bancario
imperfecto. Las personas de la tercera edad, familias con ingresos bajos, y
discapacitados.

Cuál es el perfil del prestamista pirata:

Se comunican por medio del teléfono, hacen visitas al hogar, se anuncian por
televisión o periódicos. Utilizan tácticas de mucha presión. Prestan
intencionalmente más dinero del que los clientes pueden pagar.

En los casos más graves, si no se puede hacer frente a la hipoteca de la
propiedad, el prestamista ofrecerá ayuda para encontrar financiamiento nuevo y
para esto pedirá que firme una garantía como una “medida temporal” para evitar
la ejecución hipotecaria.

El préstamo nunca se hará efectivo y ya el cliente no será dueño de su casa. El
arbitraje obligatorio es una instancia que no debe firmarse ya que de hacerlo no
se podrá reclamar ante ningún tribunal.

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