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Cómo detectar las mentiras

Conoce las técnicas que han convertido a los grandes mentirosos en personas altamente exitosas y transfórmate en un verdadero detector de mentiras  

Los seres humanos tenemos una inclinación natural hacia la deshonestidad.

Pero
hay una buena razón para ello: ser capaz de manipular las expectativas de
aquellos que nos rodean es un rasgo de supervivencia fundamental para los
animales sociales como nosotros.

De hecho, un estudio realizado en 1999 demostró que los
chicos más populares
eran los mentirosos más efectivos.

Simplemente porque seamos gente honesta no
quiere decir que con algo de práctica y tenacidad no podamos convertirnos en
buenos mentirosos.


A continuación, una lista con las técnicas que usan los mejores mentirosos para
maximizar su efectividad.

Por si acaso: esta información es ofrecida como una
forma de ayudar a detectar la mentira, y no para que mejores tus mentiras. Te lo
decimos con honestidad.

Ten una razón


Las cárceles están llenas de malos mentirosos. Los buenos mentirosos están
afuera, manejando autos de alta gama.

Entonces, ¿cuál es la gran diferencia?
Básicamente, el truco es mentir tan poco como sea posible; únicamente cuando
tienes algo que ganar.

Los mentirosos patológicos no pueden evitar mentir una y
otra vez, y entonces dicen un montón de mentiras y terminan siendo descubiertos.
Los verdaderos expertos, en cambio, conservan sus municiones.

Efectivamente,
ellos no van a usarlas a menos que al hacerlo consigan algo verdaderamente
anhelado.


Realiza un trabajo de base

No esperes a estar bajo la lámpara del interrogatorio para comenzar a armar tu
historia.

Un estudio realizado en 1990 evidenció que los mentirosos que
trabajaban los detalles de sus historias con anticipación tenían un éxito
significativamente mayor que aquellos que no lo hacían.

Como en todos los
ámbitos, la práctica hace la perfección. Es más fácil descubrir a alguien que
miente si no ha hecho su trabajo de base.


Di la verdad, pero cambiada

Las mentiras más difíciles de descubrir son aquellas que, de hecho, no son
mentiras. Estás diciendo la verdad, pero de una forma que deja una falsa
impresión.

Técnicamente se trata de prevaricación, algo como una verdad a
medias. Un estudio de 1990 sobre mentirosos patológicos descubrió que aquellos
que podían evitar los interrogatorios eran mucho más exitosos en sus mentiras.


Conoce tu objetivo

Los buenos mentirosos tienen algo en común con los buenos comunicadores: la
capacidad de meterse en la cabeza del oyente.

La empatía no sólo te orienta en
lo que el sujeto quiere oír, sino que te ayuda a evitar pisar esas zonas
fangosas que pueden disparar sospechas.

Para hacer creíble una mentira,
necesitas tener en cuenta la perspectiva de tu objetivo. Debes saber lo que
ellos saben.

Estar al tanto de sus intereses y actividades, y así podrás cubrir
todos tus pasos.

Sé consistente

Uno de los mayores obstáculos para lograr una buena mentira es que hay que
trabajar duro. Debes ser muy consistente a la hora de hacerlo.

Esto quiere decir
que se deben trabajar los detalles, hacer anotaciones de ser necesario. “una de
las cosas que suele descubrir a un mentiroso es el hecho de dar información
diferente a personas diferentes, quienes luego comienzan a hablar y a comparar
notas.

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