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Cómo hacer un abanico

Estos abanicos se hacen con relativa facilidad y, además de ser muy bonitos, son muy propios para regalar en oportunidades adecuadas. Guía paso a paso

El material ideal es el
marfil, trabajado en láminas, pero desgraciadamente no hay que pensar en él. Sin
embargo, hay muchos materiales compuestos, muy plásticos, que se prestan muy
bien para este uso. Lo importante, es que sea delgado, pero razonablemente
rígido; su color puede ser liso o de varios tonos.

 En cuanto a la cantidad,
basta con una lámina más bien chica del material elegido; aparte de esto, cuanto
se necesita es una cinta para pasar por la parte superior de las varillas.

El
abanico ilustrado se
compone de 20 segmentos para la parte principal o campo y otras dos, iguales en
forma, pero un poquito más fuerte, que son las piezas terminales o guardas. Cada
varilla tiene 14cm.

De largo, y se va afinando desde los 2 cm en una punta, a
los 6 cm en la otra, punto tras el cual vuelve a extenderse, formando un círculo
de 13 mm de ancho. En el centro de este círculo se hace un agujerito, perforando
todas las piezas en una sola operación, para pasar el pivote.

En la parte ancha de
cada varilla se cortan 3 ranuritas estrechas, de 9 mm de largo y a 13 mm de la
punta; más tarde se pasará por ellas la cinta, que tiene 6 mm de ancho.

Todas las piezas pueden
cortarse con sierra de calar o con un cuchillo muy afilado, cuidando de mantener
los bordes bien rectos y nítidamente recortados.

Después, los cortes se retocan
ligeramente con un papel de lija muy fino, a no ser que se trate de un material
pulido, en cuyo caso no se puede lijar en las superficies lisas. Naturalmente,
es esencial que los cantos queden perfectamente lisos, para que las varillas se
deslicen suavemente unas sobre otras, al abrir o cerrar el abanico.

La cinta tiene que ser
de buena calidad y fuerte; se la pasa a través de cada varilla, como se ve en el
detalle de la figura.

Se pone bien tirante,
disponiendo cada costilla de modo que se sobreponga ligeramente a la anterior,
para que cuando el abanico se abra, resulte una superficie corrida y lisa.

Se
pasa la cinta por las ranuras de las guardas, se da vuelta, y se la pega sobre
sí misma, por el revés, para formar un terminado prolijo.

Pero esto no debe
hacerse sino después de haber probado repetidamente el abanico abierto y
cerrado, comprobando que juega correctamente, cosa que solo ocurre cuando la
cinta queda tirante, estando todas las varillas extendidas. Para estos ensayos
se pasa por los agujeritos de abajo un pivote provisorio, formado por un
pedacito de alambre.

Finalmente se forma el
pivote definitivo, que se hace con un alambre-de bronce, preferentemente-,
pasado por los mencionados agujeros y doblado formando un aro de unos 13mm de
diámetro, cuyas puntas deben juntarse con un punto de soldadura.

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