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Cómo revertir una imagen negativa en el trabajo

Por más buenas que sean tus intenciones, parece que todas tus acciones laborales son interpretadas en forma negativa. ¿Por qué? ¿Cómo revertirlo?

¿Alguna vez te tomó por sorpresa la reacción de tu empleador a ciertas acciones que has realizado en el ámbito laboral?

¿Alguna vez pensaste que estabas haciendo un buen trabajo, sólo para descubrir que tus mejores esfuerzos eran los que más irritaban a tu empleador?

A lo largo de nuestra carrera profesional, todos hemos enfrentado circunstancias en las que a pesar de tener la mejor intención y actuar bajo un total convencimiento, nuestras acciones son percibidas bajo una luz negativa por los demás.

Una situación común, para muchos, podría ser el ejemplo de que al ayudar a un colega a comprender un proceso, podría ocurrir que tu jefe te vea como una persona incapaz de concentrarte en tus propias tareas.

Las diferencias en perspectivas y prioridades pueden conducir a experimentar distintos puntos de vista en cuanto a las contribuciones que haces en el trabajo.

No hay reglas fijas para evitar estas disparidades ya que suelen ser el resultado de una mezcla específica de personalidades y culturas.

Sin embargo, hay algunos malentendidos que se dan con mayor frecuencia que otros.

Para contribuir en la empresa de minimizar las probabilidades de enojar a tu jefe, intenta direccionar las siguientes conductas comunes que tú percibes en forma positiva, pero que tu jefe ve bajo una luz de negatividad.

Embarcarte en proyectos por cuenta propia

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que tienes independencia e iniciativa.
  • ¿Cómo lo ve tu empleador? Como que eres una persona difícil de controlar.  

Podrías creer estás haciendo un gran favor a la empresa al esforzarte en forma extraordinaria y perseguir iniciativas que estimas valiosas, pero tu empleador podría percibir que eres un niño que le da mucho trabajo y que lo obliga a esforzarse el doble para mantener las cosas bajo control. 

Ten en cuenta que, si bien lo que estás haciendo puede ser útil a la empresa, tu jefe podría tener otras prioridades en mente. 

Antes de pasar demasiado tiempo en un proyecto por cuenta propia, asegúrate de que tu jefe esté de acuerdo con lo que estás haciendo. 

Evitar la confrontación

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás haciendo concesiones por el beneficio de la armonía general del grupo.
  • ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que no tienes las agallas suficientes para tomar decisiones importantes.  

Por ejemplo, supongamos que te preguntan si un compañero laboral tiene la fortaleza y las agallas necesarias para conducir un proyecto y enfrentar todas las dificultades que éste supone. 

Tu jefe tiene una vacante disponible, que debe ocupar, y está preocupado porque ninguno de los candidatos muestra las verdaderas cualidades para asumir el rol del líder, ya que todos en el equipo de trabajo tienen una actitud no confrontadora. 

En algunas ocasiones, jugar al abogado del diablo será tu mejor opción. Procura ser el que agite el avispero de vez en cuando, y aprende a decir que no de tanto en tanto. 

Entablar largos debates por diferencias menores

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás prestando atención a todos los detalles. Te sientes orgulloso de tu meticulosidad.
  • ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que estás perdido y que pierdes de vista lo verdaderamente importante.  

A veces, el ego y la presunción toman el control de la vida laboral, y podrías encontrarte en necesidad de discutir para hacer prevalecer tu punto de vista —incluso en una cuestión de menor importancia— porque crees que estás en lo cierto.

Pero mientras utilizas esta oportunidad para reforzar tu propia estima, podrías estar enviando un mensaje equivocado a tu jefe.

De hecho, podrías estar diciéndole a tu empleador que eres una persona demasiado impulsiva y controvertida para tener una discusión verdaderamente razonable y productiva.

Los puntos triviales no deben dominar tus entrevistas cuando hay otros temas más importantes que tratar.

Supongamos que discutes constantemente con un compañero de trabajo acerca de cómo hacer las cosas.

Ninguno de los dos quiere ceder, incluso cuando hacerlo no es vital para el esquema de cosas. Desde entonces, se los destina a diferentes roles de modo que nunca más vuelvan a colisionar.

Deja en claro lo que piensas, pero recuerda que debes estar siempre dispuesto a acomodarte —entiéndase, ceder terreno— por el bien de la empresa y su productividad.

Dedicarte a ti durante el tiempo libre

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás separando tu vida personal de tu vida profesional.
  • ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que no eres un buen jugador de equipo.  

Todos conocemos personas que gustan andar por su cuenta durante las interrupciones de la actividad laboral o en los eventos empresariales.

Si bien para ti esto puede ser perfectamente normal —y crees que a la empresa no debería interesarle lo que haces con tu vida social—, tu empleador podría ver las cosas de un modo diferente.

Esto podría funcionar de dos maneras. En algunos casos, tu jefe podría atribuir tu soledad a tu incapacidad de construir relaciones con los demás.
En otros casos, tu empleador podría sentir que estás demostrando tu independencia. Simplemente recuerda que no es bueno llegar a los extremos —busca un equilibrio entre el ser social y solitario—.

Ser un perfeccionista

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que siempre quieres hacer el mejor trabajo.
  • ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que estás perdiendo tiempo en detalles menores.  

Existe una manera de hacer las cosas, que podríamos definir como “lo justo y necesario”. Mientras que algunos empleos van bien con los perfeccionistas, por lo general, el empleador querrá que pases a otra cosa ni bien tengas tu tarea aceptablemente terminada.

No pierdas tiempo. Los últimos detalles suelen ser los que se llevan la mayor parte del tiempo, así que aprende a dejarlos de lado y a ocuparte de cosas más importantes.

Intentar resolver los problemas por cuenta propia

  • ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás siendo lo suficientemente independiente y calificado para arreglar tus problemas sin la necesidad de involucrar a tu jefe.
  • ¿Cómo lo percibe tu empleador? Eres un mentecato a la hora de juzgar las prioridades y la seriedad de los distintos asuntos, y sueles esconder información.  

Digamos que aparece un problema: ¿Debes ir directo con tu jefe o intentar resolverlo por cuenta propia?

Recuerda que serás juzgado no sólo por tu respuesta sino por la comunicación que mantengas con tu jefe. Esto último podría afectar el grado de confianza que tu empleador tenga en ti.

Si bien puedes pensar que estás siendo eficiente al manejar los problemas con tus propias manos, si tu jefe únicamente se entera de los problemas cuando éstos se salen de control, entonces podrías denotar una falta de actitud ejecutiva en cuanto al abordaje de situaciones complejas. 

Si no puedes resolver el problema rápido, por lo menos formula un plan de acción inmediato e informa a tu jefe de lo que planeas hacer. 

Socializar durante las horas laborales

¿Cómo lo percibirás tú? Como que te interesas en tus compañeros de trabajo.

¿Cómo lo percibirá tu empleador? Como que tienes mucho tiempo libre y no trabajas lo suficientemente duro. 

Si tus compañeros de trabajo no levantan la cabeza del escritorio durante todo el día, tú deberás hacer lo mismo.

Tu empleador no verá con buenos ojos que andes paseándote de escritorio en escritorio haciendo bromas o hablando con los demás. ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer que hablar todo el santo día?

Quienes comentan a menudo este error deben saberlo: tu jefe pensará que eres holgazán, un chismoso, o que no tienes trabajo que hacer y, en consecuencia, no hay razón para que estés calentando una silla en la oficina. 

Acabar con las diferencias de percepción

Conviértete en un empleado más valioso eliminados esas características o actitudes que pueden conducir a los demás a llevarse una idea equivocada —y negativa— de ti.

Busca la crítica constructiva en tu intento de reducir aquellos defectos en tu estilo laboral que pueden estar socavando tus probabilidades de desarrollo profesional.

La imagen que intentas reflejar y el mensaje que llega a los demás pueden ser dos cosas muy distintas.

No esperes que la suerte golpee a tu puerta y diga: “Tengo un trabajo para ofrecerte; uno que te hará sentir feliz y completo”. Tú puedes (y debes) organizar el futuro de tu carrera profesional. Este curso gratis de Planificación de tu Carrera Profesional te ayudará a lograrlo.