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Cómo usar ropa informal sin perder la feminidad en el intento

Muchas veces el truco consiste en mantener un estilo constante, aunque sea en ropa informal o deportiva, para evitar lucir desarreglada o descuidada.


Para aquellas que tengan la suerte de poder vestir ropa informar todos los días,
los desafíos pueden ser muchos. El principal, seguramente, será como tener un
vestuario poblado con elementos básicos pero que a la vez permitan tener la
variedad suficiente para no aburrir y a la vez para no ser encasillada como una
andrajosa.

 

A
continuación, algunos consejos útiles para que las mujeres puedan construir un
vestuario informal sin volverse más locas de lo que están.

 


Encarar la compra de la ropa informal o deportiva de la misma manera en que lo
hacemos con la formal: siempre se debe apuntar a tener lo mejor posible. Es una
buena idea comprar prendas que combinen entre sí, que mantengan una coherencia
para luego poder armar diversas combinaciones entre ellas.

 


Para la ropa “casual” suelen ser muy efectivas las combinaciones de tres colores
(nunca más de eso, a riesgo de convertirse en una florería ambulante): caqui,
denim, bronceado; negro, caqui, blanco; etc.

 


No olvidar una pieza fundamental (quizás “la” pieza fundamental) de esta
ecuación: un buen calzado deportivo. No hay que nada mejor para arruinar la
mejor combinación de ropa deportiva que unas zapatillas blancas lisas sin ningún
atractivo.

 


Cuando se va a usar ropa informal –pero no estrictamente deportiva–, no es mala
idea complementarla con accesorios o carteras de mano. Lo que no se debe hacer
nunca es intentar mezclar el mundo de lo “formal” con la vestimenta casual; no
hay nada que esté más alejado en términos de estilo.

 


Por favor, evitar el experimento de mezclar un reloj de diamantes con un
pantalón de jogging hasta que no podamos frenar el impulso de hacerlo. Moraleja:
los estilos no se mezclan, a menos que haya una buena razón para hacerlo. Y casi
nunca la hay.

 


Mantener cuidada y en buen estado la ropa informal, no relegarla a una “segunda
clase” porque no es ropa que se usa para el trabajo o reuniones sociales. Si hay
que tenerlas limpias para mañana, darles prioridad aunque parezca extraño o poco
práctico.

 


Evitar los estereotipos. La ropa amplia (pantalones, remeras) es solamente para
usar dentro de la casa, y aún en ese caso es conveniente hacerlo cuando estamos
seguros de que nadie está mirando.

 


Pese a que muchas veces terminamos creyendo lo contrario, siempre queda algo de
reputación que es mejor no andar desperdiciando gratuitamente.

 

Por ultimo, evitar las
estridencias o un estilo excesivamente afectado en lo que se refiere a la ropa
deportiva o casual. No debemos perder de vista que se trata de ropa,
simplemente, y lo ideal es que sea útil y divertido al mismo tiempo. No se debe
hacer de ello una cuestión de vida o muerte.


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