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Cuando la menopausia está cerca

La perimenopausia puede causar bastante caos en nuestro estilo de vida, en la forma en que llevamos adelante nuestras actividades diarias, en como nos comportamos. Pautas para una vida mejor

Atravesando la perimenopausia 

La mayor parte de los síntomas de la perimenopausia no son especialmente molestos. Nadie se ha muerto nunca  por tener que soportar un periodo irregular, por tener problemas para dormir o por una necesidad intensa de ir al baño.  

Pero la verdad es que pueden llegar a causar bastante caos en nuestro estilo de vida, en la forma en que llevamos adelante nuestras actividades diarias, en como nos comportamos. 

Lo primero que solemos encontrarnos que nos sucede cuando entramos en el periodo de la perimenopausia es la irregularidad en el periodo menstrual. Generalmente es la primer marca que tenemos, pero suele no ser una marca clara, y que puede llegar inclusive a confundirnos mucho, por su propia irregularidad.

Esto es, puede ocurrirnos que el periodo se atrase, que se adelante, que empiece a ser salteado (un mes si, un mes no), varios meses sin periodo, etc. Cuando pasan unos cuantos meses sin que el periodo haga su aparición, es posible que empecemos a pensar que en realidad ya todo a terminado y que estamos atravesando la menopausia definitivamente.

Pero el periodo puede volver a aparecer meses y meses después, con lo cual nos muestra que tan confusa puede llegar a ser la situación y a cuantos errores esto puede llevarnos.

A continuación, lo más común es que aparezcan los golpes de calor y los problemas con lo que denominamos a lo largo de la explicación de los síntomas “el termostato interno”.

Esta puede llegar a ser una experiencia realmente espantosa, ya que el sufrir estos golpes de calor puede ser muy irritante, en gran parte porque no hay ningún motivo que determine en que momento van a suceder, sino que en cualquier instante podemos encontrarnos con que estamos sufriendo uno, sin importar donde estamos, con quien estamos, que estamos haciendo o que tanto podemos controlarlo.

En general, lo más común es que estos golpes de calor tengan lugar principalmente durante la noche, al menos al principio. En general, son lo suficientemente poderosos y molestos como para que nos despertemos por causa de ellos.

Pero lamentablemente no se limitan al horario nocturno, sino que luego comienzan a tener lugar también durante el día y, eventualmente, llegará un momento en el que en cualquier instante puede dar lugar a un nuevo golpe de calor.

Por otro lado, despertarse en medio de la noche transpirando copiosamente puede volverse imposible de tolerar, en especial cuando no es algo que sucede una vez, sino que se repite constantemente, noche tras noche. Y no solamente para la mujer que esta pasando por esto.

También la situación se puede volver insostenible para aquellas personas que están alrededor de ella, ya sea su esposo, sus hijos o cualquier otra persona con la que tenga que compartir las actividades diarias. 

Esto último hace que muchas mujeres terminen aceptando la toma de medicamentos, cockteles de hormonas y otros tratamientos. El problema es que las hormonas y algunas otras drogas que han sido comúnmente recetadas durante los últimos años aparentemente podrían tener algunos efectos contraproducentes en la salud de la mujer. Inclusive algunos de los efectos pueden ser bastante graves. Estamos hablando de cáncer de mamas y problemas en el corazón. Pero aún así esta parece ser la única solución para muchos mujeres.
 

¿Verdad o venta de medicamentos? 

Lo primero que podemos pensar es que todo este nuevo conocimiento que empieza a aparecer sobre la perimenopausia, sus síntomas, los problemas que trae y como prevenirlos; solamente puede servir para que la mujer pueda cuidarse mejor, pueda elevar su nivel de vida y que su salud esté siempre un poco mejor.

Pero, curiosamente, se levantan voces en contra de esta posibilidad, voces que nos dicen que no, que en realidad es todo lo contrario lo que esta sucediendo.

¿En qué se basan para afirmar algo así?

En la suposición de que toda esta clasificación de las diferentes etapas de la vida de la mujer, junto con tantos problemas específicos para cada una, es simplemente una manera de que las compañías que se especializan en medicamentos para este tipo de situaciones puedan vender aun más remedios de los que ya venden.

Después de todo, si descubrimos una nueva etapa en la vida de la mujer, con problemas propios de ella, entonces también se nos presenta la oportunidad de encontrar toda una nueva gama de maneras de combatir estos problemas particulares. Y con eso se puede hacer un gran negocio.

Este es el tipo de dudas que se plantean aquellas personas que todavía no se encuentran totalmente convencidas de que la perimenopausia es una época de la vida de la mujer que se puede distinguir de otras.

Lo que se trata de decir es que la perimenopausia no pasa de ser una construcción artificial formada en forma prácticamente pensada sobre la base de las posibilidades de marketing y venta que esta ofrece.

Cuanta mayor atención reciba por parte de la medicina y de las revistas especializadas, mayor capacidad de venta también tendrá. Las compañías farmacéuticas aman cualquier cosa que les dé la posibilidad de vender un poco más sus productos, y seguramente no tendrían demasiados problemas en  inflar al menos un poco una condición real o especialmente creada, tan solo para lograr que esos números que les dicen cuanto dinero están haciendo suban.

Esto sería realmente un problema, nombrar cada etapa de la vida de la mujer de una forma especial solo para poder medicarlas, con terapias de hormonas muchas veces riesgosas o poco seguras y con suplementos dietarios que en general están no totalmente probadas.

Esa es una opinión que es defendida por toda una serie de profesionales. Pero también aparecen en la vereda de enfrente un montón de otros especialistas que defienden lo opuesto, que afirman que la perimenopausia es algo muy real, claramente presente en muchas mujeres y con síntomas obvios que son difíciles de dejar de lado; y que, por lo tanto, está comprobado la existencia de este problema y que buscar una solución o al menos algo que ayude a aliviar los malestares no es de ninguna manera algo que no vaya a ser productivo para la vida de las mujeres en general.

Es difícil, para ser sinceros, pensar que toda esta problemática pueda ser simplemente un plan de marketing, por mucho poder que tengan las compañías farmacéuticas, tanto en el ámbito de lo económico como en el ámbito de lo político.

Las mujeres saben que los síntomas son verdaderos y que no son ningún invento de la prensa, a menos que cientos y miles de ellas hayan sido sobornadas para engañar a los investigadores y crear algún tipo de histeria colectiva que haga que las demás sientan lo mismo que supuestamente sienten ellas.

Es por esto que muchos especialistas se preocupan por lo que pueda estar pasando con un enorme grupo de mujeres. Es que, además, hasta no hace muchísimo tiempo era muy común que aquellas mujeres que sufrían de un sangrado importante a medida que se acercaban a la edad habitual para la menopausia se hiciesen una intervención quirúrgica denominada histerectomía, la cual consiste básicamente en la extracción del útero.

Al ser esta una operación tan común, se perdieron en realidad cientos de datos que podrían haberse obtenido en caso de que se hubiese permitido a la naturaleza seguir con su curso normal, al menos en este caso.

Muchos especialistas se encuentran preocupados sobre esta discusión sobre la que hemos estado hablando, sobre esta discusión entre la existencia o no de la perimenopausia y de sus efectos. Es que tienen miedo que esto no permita ver que en realidad existe un problema verdadero y que esto puede llegar eventualmente a generar mayores problemas.

Porque el fallar en reconocer estos síntomas y tratar a la perimenopausia de la forma en que se la debe tratar puede llegar a generar problemas mayores después. Los síntomas pueden ser poco complicados en el momento, pero a la larga pueden empeorar mucho, especialmente cuando estamos hablando de aquellos que se relacionan con la falta o perdida de estrógeno.

El tipo de condiciones que pueden aparecer y que son bastante más complejas luego de tratar o de curar (cuando esto último es posible) son la osteoporosis (y no solamente los casos leves de los que estábamos hablando anteriormente) y también vaginitis atrofiante, la cual es una condición de la piel muy dolorosa.

Lo primero que habría que hacer, en especial aquellas mujeres que están en un grupo de riesgo de perdida de densidad ósea (por ejemplo, aquellas que fuman mucho, las que tienen desordenes alimenticios y huesos especialmente pequeños o débiles), es hacerse exámenes de densidad de los huesos y ajustar su dieta, su ejercitación y medicación, en caso de que sea necesario, para reducir el riesgo de sufrir fracturas en los huesos y de desarrollar alguna de estas condiciones de las que estamos hablando.

También hay quienes afirman que el tener un mayor conocimiento de cuales son las características verdaderas de la perimenopausia y que es lo que le puede pasar a las mujeres y que no durante este tiempo podría ayudar a evitar embarazos no deseados a edad avanzada.

¿Por qué decimos esto? Es que muchas mujeres, justamente por la falta de información, suponen que ya no pueden tener hijos, y dejan de cuidarse. Entonces, el número de embarazos no deseado puede aumentar, por ignorancia, de la misma forma que sucede durante la época en que se produce el despertar sexual.

Durante la perimenopausia todavía es posible quedar embarazada, por lo tanto la suposición contraria agrega un factor de riesgo en este aspecto.

Más allá de esta discusión sobre la verdad o no de la perimenopausia, lo importante es que el tema está en el tapete, que se hacen investigaciones sobre el tema, que aparece información en las revistas, que de a poco se está profundizando en el tema y tratando de llegarse a tener un conocimiento mayor.

Sin embargo, al menos por el momento, siguen sin existir factores mensurables que permitan hacer un diagnostico totalmente acertado de en que momento la mujer ha entrado en este periodo. Pero al menos se está intentando llegar a esto, cosa que no pasaba hace algún tiempo.

Por el momento, lo único que nos queda es conocer cuales son sensaciones y reacciones normales del cuerpo y cuales entran en el campo de lo patológico; con que tipo de signos deberíamos empezar a preocuparnos y cuales son totalmente normales. Esto solamente se puede lograr
dando a las mujeres educación en el tema. 

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