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¿En que gasta su dinero la generación del futuro?

La generación del futuro es educada y estudiosa, pero financieramente ignorante. Sin embargo, la magia del interés compuesto puede salir a su rescate



¿Sabía usted que más de la mitad de los jóvenes entre 15 y 29 años tiene deudas?


Es una noticia alarmante que salió en uno de los principales periódicos de Chile
hace algunos días:


Los resultados de la Sexta Encuesta Nacional de Juventud – Injuv 2009,  revelan
un alto nivel de endeudamiento en este grupo etario.


La encuesta dirigida por la Injuv (Instituto Nacional de la Juventud) además
revela que el mayor nivel de endeudamiento lo tienen las mujeres, la juventud de
sectores socioeconómicos medios, de sectores urbanos y las personas jóvenes con
nivel educativo técnico.


Además, casi el 60% de los jóvenes con deudas está atrasado en los pagos; y de
ellos, más del 30% adeuda en casas comerciales. (El Mercurio, Santiago de Chile,
2 de septiembre de 2010).


A continuación el artículo relata la situación de un joven estudiante de 23
años, quien recibió una tarjeta de crédito de una conocida multitienda con tan
solo presentar su certificado estudiantil.

En poco tiempo estaba tan endeudado
que ya no podía cancelar el pago mínimo mensual. Al dirigirse a la tienda para
resolver su problema, ésta lo derivó a una casa de cobranzas, que le cobraba la
deuda, la comisión y un montón de intereses.


Éste relato es solo una pequeña muestra de una realidad alarmante. Más allá de
cuestionar la ética de las casas comerciales y de las instituciones financieras,
que parecen haber encontrado un blanco promisorio en los segmentos más jóvenes
de la población, quisiera ir directo a la raíz del problema: la falta de
educación financiera en lo jóvenes de hoy.


El hecho de que más del 50% de los jóvenes esté endeudado me dice que algo falló
en la educación de ellos. No basta con llenar la cabeza de nuestros jóvenes con
conocimientos que les darán la posibilidad de generar un ingreso como adultos,
es necesario también enseñarles qué hacer con ese dinero una vez que esté en sus
manos.


Existen diferentes opciones:


Opción A:

Gastar el dinero parece ser, para muchos, la opción primordial.


Opción B:

Una vez que el dinero está gastado, el próximo paso es el de endeudarse.


La mayoría de las personas, tanto jóvenes como adultos, administran sus finanzas
de acuerdo a estas dos opciones: gastar y endeudarse.


¿Por qué una persona joven, que está recién comenzando con su vida adulta,
querrá echarse el tremendo peso de una deuda encima?


Esa deuda va a retrasar sus posibilidades de salir adelante tremendamente. No
solo por los intereses que tendrá que pagar, sino más bien por los intereses que
dejará de ganar por no tener su dinero invertido sabiamente.


He ahí la opción C:

La de aprovechar el tremendo poder del interés compuesto, aunque sea con una
mínima cantidad de dinero propio.


La mayoría de los jóvenes ni siquiera conocen ésta opción. El interés compuesto,
uno de los mejores inventos del hombre según A. Einstein,  es un concepto
totalmente desconocido para ellos.


Ignoran, por su falta de educación financiera, que pueden acumular una suma
considerable de dinero mediante el poder del interés compuesto. Una persona
joven tiene una gran ventaja ante las personas mayores: su edad.

Su juventud les
brinda muchos años de vida durante los cuales el interés compuesto podrá
trabajar para ellos.


¿Qué es exactamente, el interés compuesto?


Según Wikipedia:


El interés compuesto representa el costo del dinero, beneficio o utilidad de un
capital inicial (PV) o principal a una tasa de interés (i) durante un período
(t), en el cual los intereses que se obtienen al final de cada período de
inversión no se retiran sino que se reinvierten o añaden al capital inicial, es
decir, se capitalizan.


En otras palabras, el interés compuesto permite que el dinero se multiplique y
tenga  hijos, nietos, bisnietos, etc.


En la práctica funciona así:


En el caso hipotético de que una persona joven tenga una deuda por la cual tiene
que pagar US$200 mensuales, si tomara ese mismo dinero y lo invirtiera al 12% en
un fondo mutuo, en 25 años tendría más de un millón de dólares.


US$200 mensuales son US$50 semanales. No es una tremenda suma de dinero para una
persona joven empeñosa que toma la decisión de ganar algo de dinero extra en su
tiempo libre.

Personalmente conozco a varios jóvenes estudiantes que generan
ingresos como DJ (disk jockeys), vendiendo colaciones, trabajando como
camareros, haciendo ayudantías, etc.


No es imposible de lograr. El apoyo y la instrucción pueden venir del hogar. Los
padres podrían plantearse como meta que sus hijos dejen el hogar con un
portafolio de inversiones debajo del brazo.


El interés compuesto es ampliamente aplicado en el sistema financiero. En todos
los créditos que hacen los bancos sin importar su modalidad, se utiliza el
interés compuesto.

¿Por qué mantenemos a nuestra juventud ignorantes de un
sistema que podría serles de tremenda ayuda a la edad que tienen, en vez de
explotarlos y ahogarlos financieramente?


Según El Mercurio:


El economista y académico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach)
Francisco Castañeda plantea la necesidad de "una mínima regulación" en esta
materia, porque se los está ahogando financieramente sin que tengan ingresos.

"No puede ser que se estén endeudando cuando aún no tienen ingresos, ahí existe
una falla del mercado", afirmó. (El Mercurio, Santiago de Chile, 2 de septiembre
de 2010)


Quisiera añadir que, aparte de regular el mercado en el ámbito financiero, sería
de mucho provecho preparar a nuestros hijos para el futuro con una educación
financiera sólida que los resguardará de la toma de decisiones financieras poco
sabias.


Por Bettina Langerfeldt

http://EducacionParaElExito.com