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¿Por qué la mujer debe hacer ejercicio?

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Si bien en la gran mayoría de las cosas la mujer ha demostrado ser más fuerte que el hombre, ella paga un precio alto a con el correr de los años, en términos de salud y calidad de vida. Este precio puede ser menor si acompaña su vida con actividad física. Analicemos el por qué.

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SOCIEDAD Y CULTURA MACHISTA

Nuestra
sociedad,
machista por naturaleza, ha postergado a la mujer a roles secundarios y que son
vitales para nuestra vida. Ella por

sola ha buscado caminos y ha abierto
puertas que le han permitido demostrar que puede tener un rol protagónico en
la vida contemporánea.

El Dr. George Sheehan señala que "si la
medicina actual se hubiese propuesto como objetivo que nuestra sociedad no haga
actividad física, nadie mejor habría cumplido dicho objetivo".

Por otro
lado la Soc. Chilena de Climaterio en su Consenso de 1995 señala en relación a
las terapias modernas: "Es preocupante por tanto la ignorancia que aún se
observa en muchas mujeres respecto al riesgo que significa para su salud el
climaterio y el abandono diagnóstico y terapéutico que muchos profesionales
ejercen sobre sus pacientes, negándoles posibilidades de tratamiento
efectivo".

Este preámbulo
sólo quiere indicar que desde el padre latino -sobreprotector de su hija desde
temprana edad- y la enorme contribución de la madre -quien es la principal
colaboradora en la formación de una cultura machista desde los primeros años
de vida de la mujer-, hasta la propia medicina a la cual ellas se someten,
atentan contra su calidad de vida, ya que inhiben hábitos de vida esenciales
para el desarrollo y formación de la mujer, entre los cuales la actividad física
es uno de los principales hábitos que se dejan de lado o que se sacrifican.

EJEMPLOS QUE
ATENTAN

Desde temprana
edad, se le regalan muñecas y juegos de té. Se les prohíbe subirse a un árbol
o correr detrás de una pelota.

Se las cuida y se las arregla para lucirlas. En
el colegio aún persiste la educación física para mujeres y para hombres y los
certificados médicos por menstruación son cada día más numerosos.

Los
medios las invitan a pintarse y atrofiarse para verse más delgadas y la cirugía
plástica es cada día más una real tentación. De la casa de la mamá se van a
la del marido y de niñas pasan a mujer, se embarazan, tienen hijos y después a
cuidarlos o vigilarlos, ya que si es mucho trabajo hay un auto y una nana de por
medio.

Si trabajan se la pasan sentadas y efectuando tediosas tareas que les permiten a
los hombres llevar a cabo sus proyectos. Los hijos se van y se terminan sus
periodos menstruales, y con eso los estrógenos.

Entonces se acelera
la pérdida de masa ósea, viene el riesgo de fractura, aumenta la morbilidad y
mortalidad cardiovascular, a esto se agregan trastornos vasomotores y
metabólicos, aumenta el tejido adiposo, el colesterol y aparecen trastorno
s
psicofísicos y disfunción sexual.

EJERCICIO Y
MEDICAMENTOS

Me atrevo a afirmar
que más de 70% de los trastornos que sufre y siente la mujer a lo largo de su vida guardan una relación directa o indirecta con el sedentarismo o
falta de actividad física.

Desde la acumulación
de tejido adiposo hasta la fragilidad ósea son alteraciones que, con un alto
grado de efectividad, se pueden combatir y prevenir desde los 10 años de edad y
esto mediante una educación física escolar contemporánea y científicamente
aplicada. (I. Vuori, Bone. Vol 18, 1996).
No se requiere de mayores medios
materiales sino más bien de mejores recursos profesionales.

Los tratamientos médicos
o recomendaciones mediante medicamentos, son más efectivos y dan mejores
resultados si son acompañados por una actividad física adecuada.

Ingerir calcio más ejercicio es mucho más efectivo para el hueso
que
si se da sólo
calcio.
Si se toma algún medicamento para bajar el colesterol,

é
ste es mucho más
eficiente si se indica ejercicio físico adecuado, ya que mientras el medicamento
actúa bajando el colesterol LDL ("malo"), el ejercicio sube el HDL
("b
ueno").

El ejercicio potencia y se añade positivamente a gran parte de los medicamentos que se le indican a la
mujer.

SARCOPENIA

En mis 10 años de
estudios sobre desarrollo, crecimiento, envejecimiento y ejercicio físico
(Saavedra, C. Journal of Sport Medicine. Vol. 23, n. 9, USA), he podido
constatar que la principal causa de muchos de los síntomas que la mujer siente
en su diario vivir, guardan relación con una patología recientemente descripta

in
extenso: SARCOPENIA, es decir, la pérdida de tejido muscular, y con esto la pérdida
de la capacidad funcional del tejido muscular, que involucra pérdida de
fuerza, resistencia, agilidad, equilibrio y coordinación, variables que, en
buena condición, son el reflejo de una buena salud cardiovascular (Gerontology,
Vol. 50 A, 1995), metabólica y

ó
steomuscular.

La mujer a muy
temprana edad pierde tejido muscular y gana tejido adiposo, producto de sus hábitos
sedentarios de vida. Este fenómeno no se observa en la mujeres físicamente
entrenadas y tampoco se aprecian los síntomas que el gran porcentaje de las
mujeres comunes presentan y que

hace que
visiten al medico periódicamente.

El envejecimiento
no es sinónimo de enfermedad en la mujer. El envejecimiento en la mujer, acompañado
por el hipoestrogenismo (disminución en la producción de estrógenos)
…" que sumados a condiciones genéticas propias e individuales, determina
distintos ritmos y grados de envejecimiento.

Así la edad cronológica no tiene
una correspondencia directa con la edad fisiológica" (Soc. Chil. de
Climaterio, 1995) y la edad fisiológica de la mujer, puede ser positiva y
significativamente alterada, por la práctica adecuada del ejercicio físico.
(Saavedra C., Boletín de la Soc. Chil. de Climaterio, Marzo 1997).

MUJER ENTRENADA

"Una mujer
entrenada, es aquella que estimula su sistema muscular a intensidades y volúmenes
adecuados que se pueden traducir en comportamientos circulatorios y metabólicos
significativamente superiores a los de una mujer no entrenada."

Pareciera obvia
dicha afirmación, el problema es que al medir la condición física de mujeres
que hacen ejercicio físico regular, encontramos que no presentan variables o
condiciones que las diferencien de las que no hacen ejercicio
, y esto es debido a
que los programas no son efectuados con niveles de exigencia fisiológico y
mucho menos ajustados a las condiciones individuales de cada mujer.

ORIENTACION

Por las condiciones
de vida de la mujer y por sus características biológicas:


La
mujer

debe hacer ejercicio desde temprana edad y gastar al menos 2500
calorías en ejercicio a la semana.


La
medición de su condición física debe ser periódica y su plan de
ejercicios debe estar diseñado de acuerdo a los resultados obtenidos.


El
ejercicio posee un efecto más preventivo que terapéutico, pero es un
excelente potenciador de las terapias medicamentosas.


Muchas
de las alteraciones mencionadas en la mujer se inician alrededor de los 25
años de edad pero son llamadas silenciosas y se vienen a manifestar a
edades avanzadas en que la reparación es material y humanamente costosa.


Los
ejercicios y deportes que están tradicional y mitológicamente destinados a los
"machos", son los más indicados para la salud de la mujer.


No
olvide que el concepto estético que encierra el ejercicio no siempre es compatible
con el de salud. Buena figura física no es sinónimo de buena salud.
Forma vs Contenido.


Está
comprobado que la calidad de vida está en gran parte basada en la condición
y capacidad física de cada uno de nosotros.

Fuente: www.portalfitness.com

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