Cada vez
hay más
parejas jóvenes
que se sienten abrumadas por la vida en común, pero
lejos de entrar en una crisis que provoca irremediablemente el divorcio, lo que
se logra es que ambos miembros se acomoden a vivir en un estado de amistad y
compañerismo que deja en el pasado las circunstancias y características básicas
de una pareja.

“Está
claro que la pasión que se siente en el primer momento del enamoramiento es
prácticamente imposible de mantener durante todo un matrimonio con la misma
intensidad, el amor se va reinventando y nutriendo día a día y tiene
innumerables formas y caras.

Lo peligroso es perder todo tipo de interés por la
pareja y acostumbrarse a convivir como compañeros de piso en donde el
romanticismo y la intimidad han quedado absolutamente relegados”, sostiene
la psicóloga argentina Sofía Cardíz.

La rutina
diaria, los problemas cotidianos, el desgaste que provoca la personalidad del
compañero son algunos de los problemas por los cuales la pasión se va perdiendo
hasta que llega el momento en el que desaparece.

“Muchas parejas entran en
crisis, pelean, se gritan, intentan ver qué es lo que les está ocurriendo y si
no encuentran soluciones sino más de lo mismo cada vez que hay un problema,
terminan por cerrarse, frustrase e inconscientemente buscan nuevas formas de
funcionar el uno con el otro.

Muchos piensan que la mejor manera es la de vivir
como hermanos o compañeros, mucho más si hay hijos y no hay terceras personas de
por medio”, continúa diciendo la profesional.

El
problema surge ya que un matrimonio sin intimidad no es tal y siempre es
cuestión de tiempo, ya que llegará el momento en el que uno de los dos se
cansará de esta situación y enfrentará a la pareja, en el mejor de los casos.

“Es un riesgo muy grande caer en esta confusión. En una pareja no pueden existir
este tipo de confusiones o mensajes incorrectos.

Cuando uno de los dos se canse
de esta actuación que no es para nada natural, terminará por tener un amante,
abandonar a la pareja y todo será mucho más doloroso”, explica la psicóloga.

Lo ideal
es enfrentar el problema a tiempo para que luego no sea demasiado tarde y no se
perpetúe una situación con reglas artificiales.

Algunos
consejos útiles para reavivar la relación

·
Intentar hacer paseos sin la compañía de los hijos. Recordar lo que a cada
integrante de la pareja le gustaba del otro cuando recién se conocieron.

· La
rutina lleva a un desgaste que puede
dañar la relación amorosa. Intentar
realizar algo distinto cada vez es una manera de poder contrarrestar el
aburrimiento.

·
Mantener siempre el buen humor a pesar de las vicisitudes es una de las
actitudes más importantes que pueden existir en una relación. El enojo constante
hace que todo se mire con negatividad y frustración.

·
Pedir ayuda a un profesional es una señal saludable cuando la relación no logra
recomponerse de modo adecuado. Un
asesor de familia, especializado en el tema
puede percibir los problemas que muchas veces se pasan de alto o no se
consideran tales.

·
Comprender que dejarse tentar por este tipo de relación con la pareja no es
saludable. Sí que debe existir compañerismo y amistad, pero no se puede
pretender despojarse de actividades y necesidades inherentes a un matrimonio.