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¿Qué hacer cuando te sientes desbordado?

¿Desbordado? 4 razones que te mantienen así y las soluciones que debes comenzar a poner en práctica ahora mismo

¿Te sientes desbordado?.


¿Saturado de obligaciones y compromisos, sin tiempo y a punto de estallar? Si te
sientes exactamente así y no sabes cómo evitarlo, o peor, piensas que hoy en día
es lo normal y hay que aguantarse, es muy importante que conozcas las cuatro
razones por las que estás así y las seis soluciones que te ofrezco. 

Lo primero que tienes que saber es que no tienes
por qué seguir así, que puedes cambiar las cosas y, para ello, el primer paso es
averiguar qué es lo que te ha llevado a esa situación. En general, se debe a una
o varias de estas cuatro razones: 

1. No sabes decir no ni poner límites ni a personas
ni a proyectos.

2. Subestimas el tiempo (y energía) que te va a
llevar un proyecto o compromiso.

3. Estás haciendo demasiadas cosas diferentes a la
vez.

4. Te exiges demasiado, quieres hacerlo todo tú. 

¿Te suenan? ¿Cual es la más problemática para
ti? Eso es lo primero que tienes que saber, cuál es la causa de que estés
agobiada y a punto de estallar. Puede ser que tengas un poquito de cada una
pero, ¿hay alguna que te afecte especialmente?

A mi
por ejemplo el estar involucrada o tener que preocuparme de muchas cosas
distintas a la vez me supone bastante estrés, y lo tengo muy en cuenta a la hora
de aceptar nuevas propuestas, por ejemplo. 

El segundo punto importante es que te des cuenta
de que todo esto ha sido y es elección tuya


Tú eliges cuales son tus prioridades, lo que haces o no haces, a quién le dices
que sí y a quien le dices que no. No pienses que es algo que te ha pasado, tú
misma te has llevado a este estado. Esto te lo digo con sinceridad porque es
importante que lo tengas en cuenta.


¿Lo bueno? Que si tú te has metido en este berenjenal, también podrás salir de
él. Estas son algunas cosas que puedes hacer: 

Aprende a decir no y a poner límites. Ya
he escrito varias veces sobre la importancia de decir no,
fundamental para tener una vida más relajada y sentirte satisfecha con lo que
haces. Yo tengo la suerte de saber decir que no con facilidad (demasiada a
veces), pero sé que para muchos es muy difícil.

Así que te daré un ejemplo práctico. A una de mis clientas le recomendé que
empezara a decir no en situaciones sin importancia, para ir acostumbrándose. Por
ejemplo, cuando sus compañeros le proponían ir a un restaurante que a ella no le
gustaba nada.

Le recomendé que en lugar de ceder dejara claras sus preferencias diciendo algo
como “prefiero este otro, ese no me gusta mucho” y que viera qué pasaba… ¿Qué
crees que pasó?

Absolutamente nada, no solo evitó comer en un restaurante que odiaba, sino que
se sintió tan bien consigo misma y tan  motivada y segura que se animó a
hacerlo en cosas más importantes (de hecho, le dijo que no a su jefe, así que
mira si funciona o no). 

Planifica las cosas con más tiempo.
Siempre considera más tiempo del que crees que necesitarás, así no llegarás
agobiada. Esto se aplica tanto a objetivos que te plantees como a fechas límite
para proyectos o trabajos, o a citas que tengas programadas.

Añade más tiempo del que crees que te va a llevar y notarás una gran diferencia
en tus niveles de estrés. 

Determina el número de actividades o proyectos
distintos que puedes hacer sin agobiarte.

Todos tenemos un límite, analiza lo que haces y piensa si sigues siendo
productiva y eficaz cuando estás involucrada en diez proyectos, o en cinco o en
dos.

Todos somos diferentes, tú puedes preferir trabajar solamente en una cosa y
cuando acabes empezar otra, o llevar dos o tres a la vez. Lo que funcione para
ti, pero que funcione. 

Delega.
Dejemoslo claro de una vez, no puedes ni tienes por qué hacerlo tú todo. Es hora
de definir qué es lo importante para ti y qué es lo que realmente sólo tú puedes
hacer, y lo demás delégalo. 

Establece prioridades.
Es hora también de determinar qué es lo verdaderamente importante para ti, para
que saques tiempo para eso. No hay tiempo para todo, al menos no para todo a la
vez, así que tienes que conocer muy bien tus prioridades.

¿A qué personas quieres de verdad dedicarles tu tiempo? ¿Qué proyectos son los
que tienes que acabar primero? ¿Qué puedes posponer? Y no me digas que no puedes
posponer nada, porque si sigues así lo único que harás será empeorar la
situación.

Así que vuelve a pensar, si no te quedara más remedio, ¿qué podrías posponer?
Ahora, acepta que no te queda más remedio si de verdad quieres cambiar ese
estado de estar al límite. 

Agrupa tareas similares.
Programa tu agenda de forma que si tienes que hacer llamadas sean todas el mismo
día, o si tienes que salir para algo que sea todo a la vez. Así estarás más
centrada, ya que hacer cosas muy diferente puede hacer que pierdas energía y te
desconcentres con facilidad. 

Salir de ese estado de agobio y saturación
depende única y exclusivamente de ti. Recuerda que es tu vida y tú decides a qué
y a quién quieres dedicarle tu tiempo.

Por
Aida Baida Gil
www.aidabaida.com

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