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Segundas oportunidades en el amor

¿Un fracaso inicial con alguien significa que se fracasará también una segunda vez? ¿O existen las segundas oportunidades con final feliz?

Cada persona es un mundo y también
lo son las
relaciones amorosas. “Decir que siempre se debe dar una segunda
oportunidad o que nunca hay que concederla no tendría sentido.

Primero hay que analizar muy bien
qué situaciones han provocado la ruptura
y una vez se sepan los motivos hay que
reflexionar acerca de una posible segunda vez”
, sostiene la psicóloga
argentina Roxana Ramírez.

Para saber qué actitud tomar, pero
con la cabeza clara sin dejarse llevar por el corazón “hay que tener muy en
cuenta que hay muchas personas que sostienen una relación por miedo o para no
quedarse solas.

Han criado a sus hijos y a ellos
se ha dedicado toda la vida. No tienen independencia económica y es uno de los
factores más importantes por las cuales no pueden abandonar al hombre con el que
conviven.

Por más que no tengan hijos en
común, la falta de autoestima hace que se depende afectivamente de un hombre que
somete o que no comprende las verdaderas necesidades de la persona que tienen al
lado.

Hay que analizar muy bien cada
caso para saber si las rupturas han sido superficiales o si esconden un problema
profundo que no merece segunda oportunidad”,
continúa diciendo la
especialista.

Signos de que hay que decir que no a
una segunda oportunidad:

· Estar al lado de
alguien te que siempre te hace sufrir

· Haber perdido la
autoestima

· Depender obsesivamente
de la pareja

· Aceptar insultos o
situaciones con las que no se está de acuerdo

· Sentir que la opinión
o los propios sentimientos no valen de nada

“Si alguna de estas situaciones
encaja con algún hecho vivido es mejor dejar de lado la intención de querer
recuperar una relación que solamente hace daño.

El inconveniente es que la persona está tan falta de autoestima y personalidad
que cree que lo único que la hace ser alguien es esa persona que la maltrataba.

Lo único aconsejable en estos casos es contar con alguien que la respalde y la
acompañe a hacer una terapia que le devuelva todo lo que esa relación le ha
quedado”,
relata la
profesional.

Hay otros casos más leves en los que
se puede negociar una segunda oportunidad. “Si hay amor y comunicación en una
pareja, todo se puede arreglar.

Hay veces que pequeñas desavenencias se convierten en grandes problemas si no se
hablan o solucionan a tiempo.

Lo mejor que hay que hacer en estos casos es plantearse seriamente los motivos
por los cuales se ha provocado la separación y sopesar los pros y los contras de
una segunda oportunidad.

Todo es válido si ambos están en igualdad de condiciones y no hay sentimientos
enfermizos que opaquen la relación
”, explica Ramírez. 

Motivos por los cuales se puede
llegar a pensar en otra oportunidad:

· Ambos miembros de la
pareja se aman sinceramente

· Existe buena
comunicación y nunca se ha perdido el buen trato

· No hay terceros en
discordia

· Ninguno de los dos ha
perdido la personalidad ni la autoestima

· La relación mantenida
nunca ha sido autodestructiva.