Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Tatuajes sin edad

El tatuaje conquista cada vez más adeptos entre los mayores de 40. En esta nota, conozca la historia de esta milenaria práctica, y los pasos necesarios para incursionar en ella

Desde unos años a esta
parte, el tatuaje ha dejado de ser un elemento marginal para incorporarse en la
vida de muchas personas, tanto pobres como ricas, tanto jóvenes como adultas.
Por eso, no sería raro que aquellos mayores que tiempo atrás miraban con
distancia a las personas que los portaban, hoy en día sientan una creciente
tentación de incorporarlos a su propio cuerpo.


 Es la historia de un amor…

 En realidad, aunque sean
comúnmente asociados a rockeros o hippies rebeldes, los tatuajes son una
práctica milenaria que datan desde tiempos anteriores a Cristo, donde se
utilizaban para testimoniar cierto aspecto sagrado o bien religioso. El primero
de los que se conocen, pertenecía a la momia Similaun.

 Tiempo después, el
tatuaje comenzó a utilizarse por muchos fieles perseguidos, para quienes las
inscripciones que llevaban en sus pieles, -las cuales realizaban mediante
rituales muy dolorosos, con martillos de puntas que perforaban la epidermis-,
representaban su resistencia al régimen que los perseguía.

 Ya durante la modernidad,
estos tatuajes empezaron a ser utilizados para identificarse como partes de
grupos, por ejemplo en el caso de los marineros o los piratas, quienes se
tatuaban en sus brazos los viajes realizados y lo que allí habían logrado.

 Esta tendencia continúo
durante el siglo veinte, por ejemplo en el caso de los presos, quienes mediante
puntos, calaveras, rayas o cruces, dan a entender el tiempo que llevan entre
rejas, su “estatus” dentro de la cárcel, los tipos de delitos cometido, o lo que
desean realizar en el futuro, entre otros aspectos, o en el caso de los jóvenes
seguidores de algún grupo musical, como por ejemplo la célebre lengüita de los
Rolling Stones.


 El tatuaje comienza a expandirse

Pero ya bien entrado el
siglo veintiuno, este antiquísimo recurso gráfico de expresión personal, también
comenzó a ser adoptados por aquellas personas que, al contrario de sus
antecesores, deseaban marcar su propia personalidad, singularidad, e
individualidad, con lo que no quedaron ausentes aquellos hombres y mujeres que
tiempo atrás los rechazaban, como por ejemplo los pertenecientes a una clase
social alta o los mayores de cuarenta.

 Según los especialistas
en conducta humana, esta nueva moda tiene una relación directa con las crisis de
identidad de la posmodernidad. Y es que si antes había partidos políticos,
agrupaciones sindicales, trabajos estables, profesiones reconocidas, o cualquier
otro tipo de instituciones sólidas, hoy en día todas estas organizaciones están
en crisis, por lo que las personas necesitaron de otra “marca” que reafirme sus
valores e identidades.

 Lo cierto es que esta
nueva “marca” social, que puede también tener que ver con sellar cierta actitud
frente a la vida, o bien simplemente tener un toque de frivolidad incorporada,
dejó de ser lo que significaba quince años atrás, es decir un símbolo de orgullo
por la marginalidad o por la rebeldía, y hoy en día no es nada raro ni extraño
que la gente adulta concurra a tatuarse cada vez con mayor frecuencia.


 Significados y zonas

 Luego de tomar la
decisión de realizarse el tatuaje, será necesario elegir un modelo y un lugar
dentro del cuerpo para tatuarse; para esto no sería mala idea conocer cuales son
las modas:

 En cuanto a los diseños,
los tatuadores afirman que los más populares entre las mujeres son las flores,
especialmente la rosa, la Luna, el Sol, los hipocampos, las mariposas, las
iniciales, los ojos, y lo corazones

 En tanto, los hombres
optan principalmente por las pistolas, las cruces, las calaveras, los nombres,
las anclas, los símbolos tribales, y los rostros.

 El significado de los tatuajes

 Pero la elección de estos
y otros elementos muy pocas veces ingenua. De hecho, las personas tienen para
elegir entre un gran número de de diseños y colores, que pueden combinar a su
antojo para lograr la apariencia estética buscada, pero lo más común es que los
elijan en relación a una tipología conectada con algún significado.

 Así las personas suelen
optar por formas tradicionales, es decir las anclas, calaveras, y temas
marineros, los religiosos, las flores, nombres, caras, etc. y por los tipos
tribales, japoneses y celtas:

 En el caso de los
tribales, -uno de los más populares en Latinoamérica-, se trata de dibujos
característicos de las diferentes tribus de América, en su gran mayoría
indígenas, cuyos diseños evocan los símbolos que se utilizaban para representar
el Sol, el Fuego o el Agua, entre otros elementos sagrados.

 También se pueden
resaltar los tatuajes japoneses, (especialmente los motivos de dragones,
samurais y espadas) los cuales tienen mucha referencia al estilo ornamental, con
líneas muy gruesas y fondos con tonos oscuros.

 En tercer término, se
encuentran los tatuajes célticos (especialmente las figuras de animales), unos
motivos abstractos constituidos por nudos y lazos, con un alto balance y
equilibrio basado en las formas simétricas y geométricas. 

Mientras tanto, las zonas
del cuerpo más elegidas por las mujeres suelen ser el vientre, los tobillos, el
omóplato y el cuello, en ese orden, mientras que los hombres eligen los brazos,
el pecho, la espalda y/o las piernas. Y en ambos casos, lo menos usual es optar
por las uñas, las orejas y los genitales.


 Realizándose el tatuaje

Uno de los mayores
conflictos que tiene la gente a la hora de decidir aplicarse un tatuaje, es el
miedo al dolor que se podría experimentar en su aplicación. Por eso, sería bueno
conocer a fondo el proceso:

 La técnica del tatuaje
profesional, que es indeleble, consiste en penetrar una aguja (que debe estar sí
o sí esterilizada y ser descartable, para evitar el contagio de enfermedades,
entre las que se cuenta el sida) por lo menos a una profundidad de dos
milímetros en la piel, donde luego dejará partículas de pigmento con tinta
vegetal o bien mineral, bajo la epidermis.

 La reacción que luego
tendrá el cuerpo, consistirá en que sus células de defensa absorban las
partículas coloridas para defender el organismo, con lo que. al encapsularlas,
quedarán teñidas por siempre.

 Con todo, los
especialistas afirman que sólo el 0,2 por ciento de los tatuados se somete a
este tipo de tatuaje, muy caro y doloroso, y que de hecho la mayoría prefiere
los tatuajes temporarios, que reemplazan a la aguja por el pincel y a la tinta
mineral o vegetal por una exclusivamente en base a henna (también vegetal), la
cual se diluye con el tiempo, por lo que suele desaparecer en 20 días. 


 Una vez realizado el tatuaje…



 
El proceso de fijación
del tatuaje no termina cuando el tatuador saca su máquina, sino que es necesario
cumplir una serie de medidas de higiene con el fin de evitar posibles
infecciones en la piel, o simplemente, la pérdida de calidad o nitidez en el
dibujo.

 Por eso en primer lugar,
es necesario no mojar ni quitar durante las primeras dos horas la venda que ha
sido colocada sobre la zona en que se realizó el dibujo.

 Asimismo, durante el
primer día, será necesario secar, de forma muy suave y delicada, la zona en que
se realizó el dibujo, utilizando toallitas de papel tissue, para colocar, al día
siguiente, una capa de vaselina cada cuatro o cinco horas.

 Otra de los pasos a tener
en cuenta, será resistirse a la tentación de quitar la cascarita dura que se
suele formar por encima del tatuaje, ya que en caso de hacerlo podría llegara a
quedar una marca sobre la piel o bien descolarse algunas zonas del tatuaje.

 Por último, será
necesario que durante los primeros quince días no se entre, bajo ningún punto de
vista, en el mar, la pileta, y no se tomen en la bañadera baños de inmersión,
así como tampoco exponer el tatuaje a un vapor excesivo.
 

Eliminándose el tatuaje

 La decisión de realizarse
un tatuaje debe ser una decisión responsable, madura, y tomada con tiempo. Esto
es así por que el tatuaje profesional es permanente, y aunque existan métodos
para eliminarlo, los mismos suelen ser dolorosos, caros y a veces fallan. Aquí
se los describimos:

 En primer lugar, se
encuentra el más doloroso y caro (entre cincuenta y quinientos dólares) paro
también el más efectivo y popular: el laser, que no deja ningún tipo de rastros.

 Luego, se encuentra el
método por dermoabrasión, que consiste en rociar el tatuaje con una solución
congelante para luego descamar la piel mediante un instrumento rotatorio y
abrasivo. Su costo es de aproximadamente 100 dólares.

 Otra opción es la técnica
de escisión, una modalidad mediante la cual, luego de una anestesia local, se
realizan dos tajos en los bordes del tatuaje para luego levantar la piel que se
encuentra entre el tatuaje y el exterior, y luego, generalmente, implantar otra
parte de piel. Esta técnica cuesta más de cien dólares. 

Finalmente se puede optar
por la salabrasión, en la cual, también previo uso de anestesia local, se aplica
agua con sal, y también con instrumentos rotatorios y abrasivos, se frota el
tatuaje entre tres y cuatro veces, hasta que, en cada una de estas ocasiones, se
llegue a un tono rojo, que debe ser lo más intenso posible. Suele ser muy
doloroso y uno de los menos efectivos, pero también el más económico, ya que su
costos suele rondar los cuarenta dólares.