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¿Tu hijo no te escucha?

Algunas guías para que pueda hacer que su hijo lo escuche cuando le pide algo. No se preocupe, la indiferencia de nuestros hijos es algo por lo que todo padre debe transitar.

Nunca escuchan 

Los hijos no
escuchan. Cuando le pide que se vaya a la cama, se sienta justo frente a usted
y pretende que no ha oído lo que le acaba de decir. Le dice a su hija que
levante la ropa que se encuentra en el suelo ella dice “después lo hago”, pero
en realidad nunca lo hace y uno termina haciéndolo por ellos. 

Este
comportamiento, que hace parecer que le somos indiferentes y que no tienen
necesidad de escuchar lo que tenemos para decir es lo que más nos enfurece y
por eso terminamos diciendo “a tu cuarto, y no salgas hasta que aprendas a
comportarte” o “ cuántas veces tengo que decírtelo” y nuestra paciencia ha
llegado al límite. 

Y nosotros… 

Los chicos han
aprendido que no es necesario obedecer de inmediato. La mayoría de las veces
comenzamos pidiendo las cosas de una forma amable y si no obedecen intentamos
imponer un poco de firmeza en el mandato hasta llegar a las amenazas. 

Cuando ya
se nos agotaron los recursos y la paciencia hacemos lo único razonable por
hacer: explotamos. Comenzamos a gritar, nos enfurecemos y ordenamos castigos
imposibles de cumplir o imponer. 

A los chicos les encanta sentirse poderosos y
ver a sus padres perder la paciencia por ellos es una pequeña satisfacción que
hace que las consecuencias valgan la pena. En la actualidad, muchos padres
llegan a tener una relación de confrontación con sus hijos, en especial si
éstos son adolescentes. 

Aprender a escuchar 

La clave se
encuentra en enseñar a los chicos a escuchar lo que uno tiene para decir en
lugar de gastar energías en castigos por haberlo ignorado. 

Antes que nada,
cuando tiene algo importante que decirles, use un tono de voz serio, que deje
en claro que no está jugando. Debe ser claro y específico en lo que está
diciendo, si deja entrever una mínima duda o algo que puede interpretarse de
diferentes formas, los chicos aprovecharán esa situación para demostrar lo
inteligentes que son. 

El pedido debe ser dicho en pocas palabras, para evitar
cualquier tipo de confusión. No deje que la indiferencia sea una opción.

Por ejemplo, si
usted quiere que sus hijos vayan a dormir diga “hora de dormir, por favor
apaguen la televisión”. 

Y no se vaya esperando que ellos obedezcan, debe
quedarse hasta que esté hecho. Si es necesario apague el televisor usted mismo
y agradezca a sus hijos por haberlo escuchado. Nada de gritos y amenazas, sólo
hágalo. 

Debe ser creativo. Con algo de imaginación puede convertir el momento
de irse a dormir en algo estimulante. Tal vez puede contarles una historia para
la cama en la que ellos puedan tomar algunas decisiones sobre los personajes.

Debe saber que va
a tomar mucho tiempo antes de que sus hijos aprendan a escuchar y más tiempo
aún hasta que usted aprenda a mantener la calma. 

Sólo debe asegurarse de hacer
pequeños avances y ganar terreno en las pequeñas rutinas. Al final terminará siendo algo
que ni siquiera debe pensarse y que no requerirá esfuerzo alguno.