Cada vez
son más las exigencias del
mercado laboral. Esta situación, sumada a la crisis
económica mundial hace que sea muy complejo
conseguir un empleo.

“Si ya es
una tarea titánica para quienes están híper formados, la situación se precariza
aún más para aquellas personas que se lanzan al mercado laboral sin preparación
alguna”, sostiene el economista español Carlos Mendoza Pareja.

Hay casos
en los que la necesidad hace que se tengan que dejar los estudios para salir a
trabajar “Esto se ha visto mucho en épocas pasadas.

En la actualidad en
España, muchos jóvenes están decidiendo abandonar una carrera que los padres ya
no pueden afrontar y ponerse a estudiar.

Me refiero a quienes han terminado la
educación obligatoria y no encuentran la manera de seguir avanzando
intelectualmente porque no disponen de los medios necesarios para seguir
formándose. Es una realidad lamentable, pero es lo que pasa en los países en
crisis.

Si se tiene la suerte de conseguir un empleo, se tratará de ganar
experiencia a través de él, pero suelen pasar dos años hasta que un joven
consigue un primer trabajo en condiciones y muchas familias hoy en día están
contra reloj”, reflexiona el economista.

La gente
que decide lanzarse sin preparación al mercado laboral debe saber que: 

·
La formación es la única manera de poder garantizar un futuro a corto y largo
plazo sólido y con una remuneración adecuada para satisfacer las necesidades.

·
La experiencia que se pueda hacer en el terreno laboral es fundamental, pero
también lo son los conocimientos adquiridos en los años de
carrera.

·
En la época actual cada vez se exige más información y preparación. “Ya no
basta con saber un idioma: el inglés y el alemán están siendo muy necesarios, lo
mismo que un buen manejo tecnológico y esto hay que aprenderlo antes de salir a
buscar un trabajo”, comenta el experto.

·
Aquellos que consigan un trabajo sin tener estudios previos recibirán una
remuneración inferior sobre quienes sí los tienen. “Las empresas valoran la
experiencia, pero también a la hora de retribuir con dinero el trabajo tendrán
en cuenta el nivel de educación del aspirante.

La brecha entre quienes tienen
una formación y no la tienen cada vez es más extensa a juzgar por el contratante”,
argumenta Mendoza Pareja. 

La
realidad indica que quienes estudian tienen más posibilidades de conseguir
trabajo y herramientas que utilizar en el puesto a desarrollar.

“Una vez
instalados dentro del sistema de trabajo podrán adquirir la tan ansiada y
solicitada experiencia, mientras que una persona sin estudios que accede al
mismo puesto es difícil que pueda alcanzar el nivel de información que se gana
tras culminar una carrera universitaria”, sostiene el especialista.

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