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Ideas para regalar ropa

Hay algo que te preocupa: después de regalar ropa, nunca has visto a alguien usar una de esas prendas. Tal vez, haya algo que estés haciendo mal

Cómo regalar ropa que el otro quiera usar

Ese regalo perfecto que buscaste por cielo y tierra, y por el que pagaste una tonelada de dinero, fue recibido con poco o —a decir verdad— nada de entusiasmo.

O, tal vez, te han obsequiado algo “tan inapropiado para ti” que no puedes evitar preguntarte en qué estaban pensando cuando lo eligieron.

¿Te suenan familiares estas situaciones? Seguro que sí, pero ¿cómo hacer para esquivar estos errores, muchas veces casi inevitables? En primer lugar, entendiendo que los gustos de las personas difieren.

Si llegas a hacer una regla de esta idea, y comienzas tu búsqueda con el “gusto” de la persona que recibirá el regalo en mente, lo más posible es que tu elección sea exitosa.

Si infieres que el receptor automáticamente diferirá con tus preferencias, tu obsequio podría terminar en una caja en el sótano o ser regalado y regalado infinitamente hasta que alguien decida quedárselo.

Entonces, ¿por qué malgastar nuestro dinero en extravagancias? Piensa que has trabajado mucho para comprar algo “desechable”.

En consecuencia, mantente apegado a las cosas que, posiblemente, más vayan a gustarle.

Ideas prácticas para regalar ropa

Aquí van algunos consejos prácticos:

Evita las ropas de calce difícil

Esto incluye todo aquello que deba ajustarse perfectamente a las formas de una persona, como pantalones, polleras, blusas, zapatos, etcétera.

Al menos que conozcas el talle exacto del receptor, comprar ropas que deban ajustarse al cuerpo es como echar los dados.

Desde luego, es posible que la suerte esté de tu lado y que las cosas salgan bien. No obstante, también es probable —y diría que más probable— que las cosas salgan mal.

Evita las prendas muy personales

A menos que conozcas a la persona extremadamente bien, no compres ropa de dormir, ropa interior, o lencería.

Cualquiera que tenga 12 años o más, generalmente, tendrá su propia preferencia por dichos artículos y, a no ser que tengas acceso a esta información personal, tu regalo podría terminar en un cajón. Será mejor gastar tu dinero en otra cosa.

Opta por prendas de uso diario, pero de calidad

Si quieres hacer rendir tu dinero al máximo, compra artículos de calidad que el receptor pueda usar todos los días.

Presta atención a aquellos artículos usados o desgastados que creas deben ser reemplazados en la casa del receptor.

Asimismo, gasta en aquellas cosas que éste tendría con agrado pero que no compraría por cuenta propia, como una bata confortable, unos soquetes a cuadros, o una chaqueta clásica (chaquetón de marinero, una cazadora, o un saco de vestir).

Procura que sea de un estilo simple y elige su color favorito, que seguramente él o ella sabrá combinar con todo.

Vía libre a los accesorios

Los accesorios de calidad son casi siempre bienvenidos, ya que ofrecen distinción sin llegara ser algo demasiado personal. Guantes, bolsas, bufandas, y broches son todas elecciones populares.

En cualquier caso, recuerda evitar la extravagancia y busca colores tradicionales, que puedan ser combinados con casi cualquier cosa.

Cheque, cupón o vale de regalo

¿Completamente desbordado por la situación? ¿Atemorizado de comprar y cometer un grave error? Entonces opta por un certificado o cupón de regalo.

Puede ser de una de sus tiendas de ropa favoritas, de una de tus tiendas favoritas, o incluso de algún comercio online.

Asimismo, puedes agregar un poco de diversión al asunto y ofrecerte a acompañar al receptor a gastar el cupón de regalo. Puedes acompañar el cupón con una cena, una película en el cine o lo que sea.

Hagas lo que hagas, elije siempre artículos del agrado y necesidad del receptor. El regalo debe ser algo que vaya a usarse.

No intentes imponer tu gusto sobre el de las otras personas, incluso cuando sientas que los demás tienen mal gusto o, directamente, carecen del mismo.

Recuerda que siempre tiene que haber una forma de devolver el regalo en caso que no llegara a ser bien recibido.

Finalmente, no te sientas ofendido cuando la otra persona no vea con agrado lo que has comprado.

Muchas veces —por más empeño que pongas— esto es inevitable. Los errores ocurren y las fallas de juicio son una realidad.

¿Y entonces qué? Entonces recuerda que el que tu regalo no haya gustado no quiere decir que tú no gustes. Simplemente ofrécete a cambiarlo.

Eso es lo que deberías hacer si te equivocas con un talle, por ejemplo. Piensa que sólo se trata de un artículo equivocado, y que la vida no está en juego aquí.

Tu objetivo primordial es encontrar prendas prácticas, originales, que a las otras personas les gusten y usen a diario, y que les hagan recordarte en cada ocasión. Sin dudas, esto último es lo más gratificante de la idea de hacer un regalo.

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