Las cajas de ahorro en los bancos suelen ofrecer tasas de interés realmente
mezquinas. Si pones tu dinero el en banco, éste va a estar seguro, pero no va a
crecer demasiado.

El mercado de acciones ofrece dividendos mucho más atractivos,
pero el elemento del riesgo hace que mucha gente lo evite.

Y mucho peor si justo
hacen su ingreso al mercado cuando ha llegado a la cima y luego venden a malos
precios.

A continuación, te ofrecemos algunas reglas sencillas para ayudarte a navegar el
mercado y construir un importante portfolio a largo plazo.

Diversifica

Esparce tus riesgos invirtiendo en un número de acciones en diferentes mercados
y en fondos mutuos, bonos, y otros instrumentos.

Una buena regla es que ninguna
acción u otra inversión debe llevarse más del 10% del total de tu portfolio.
Invierte en diferentes áreas geográficas, como los Estados Unidos, Europa, Asia,
y los mercados emergentes.

Diversifica en fondos de propiedad, commodities, y
fondos de protección. De esta manera deberías estar protegido contra cualquier
colapso en un sector particular.

Investiga

Busca consejo desde varias fuentes. Invierte en algunas empresas cuyos productos
y estrategias te agraden.

Existe una gran cantidad de sitios de comparación y
otras fuentes disponibles en la Web que pueden ayudarte a analizar y comprender
las inversiones.

Los rendimientos del pasado no son garantía de los rendimientos
futuros, pero generalmente uno debería optar por aquellos fondos mutuos o fondos
de inversión que hayan mostrado performances fuertes en los últimos dos años y
que ofrezcan bajos aranceles administrativos.

Quédate con lo bueno y deja lo malo

Monitorea tus inversiones y compara sus rendimientos contra el índice de
mercado. Si alguna de tus participaciones va bien, entonces te sentirás tentado
de convertirla en efectivo y tomar tu ganancia.

Parece natural pero si pretendes
estar en este juego por largo rato, entonces querrás que tus inversiones crezcan
en el tiempo, así que cuando encuentres “ganadoras” procura retenerlas.

Por otra parte, deberías deshacerte de aquellas participaciones que siempre van
por debajo del rendimiento del mercado.

La tentación, en este caso, es
retenerlas con la esperanza de un rebote, o incluso la de comprar más
acciones a
precio bajo.

Usualmente es ésta una estrategia pobre, y es más seguro asumir una
pequeña pérdida temprana que una importante en el futuro. No tomes tus
decisiones basándote en tus emociones. Vende lo que va mal, y quédate con lo
bueno. 

Reinvierte dividendos

Una parte sorprendente del crecimiento general en la mayoría de los portfolios
proviene de dividendos reinvertidos más que de la apreciación del precio de las
acciones.

Una ganancia del 3% puede parecer pequeña, pero en el tiempo puede
hacer la gran diferencia. Elige aquellas inversiones con una historia sólida de
dividendos y conviértelas en el mascarón de proa de tu nave.

Ve contra la corriente

Este consejo es mucho más fácil de dar que de llevar a cabo. Cuando el mercado
de acciones está en baja, compra acciones.

Cuando el mercado está alto vende las
acciones de peor rendimiento y compra otras inversiones, como por ejemplo bonos.

Observa al largo plazo

Se supone que estás aquí para quedarte, tus objetivos son a largo plazo, y las
compras o ventas frecuentes serán tus enemigos (las comisiones van a comerse tus
fondos).

Recuerda:

·
No sigas las tendencias ni las modas pasajeras.

·
Diversifica en forma inteligente.

·
No entres en pánico cuando los mercados ocasionalmente colapsen (en realidad
representan oportunidades para los valientes).

No pierdas tu objetivo

Finalmente, prepárate para vender cuando necesites el dinero. Has invertido para
construir una situación de
seguridad financiera para ti y tu familia, y es mejor
usar tu dinero cuando sea necesario que seguir acumulando para convertirte en el
hombre más rico del cementerio.

Recuerda por qué comenzaste a invertir. No
pierdas de vista tu objetivo principal y asegúrate de llevarlo a cabo.