Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

¿Qué hacer con las malas compañías de tu hijo?

Son niños que se atreven a hacer lo que está mal o prohibido. Son malos ejemplos para el resto de pequeños que están buscando la propia identidad. Cómo hacer que los hijos no caigan en la red de una mala influencia


Los niños cuando están en
edad escolar pasan más tiempo en la escuela que dentro
del hogar. Tenerlos bajo control es imposible y se está expuesto a que los
pequeños conozcan amigos agradables y otros que no lo son tanto.

Se debe estar
atento a las reacciones de los niños e identificar cualquier actitud extraña que
pueda destacarse negativamente como parte del
comportamiento diario.


Hay niños que están más predispuestos a sufrir los ataques de los niños de
comportamiento conflictivo por tener un carácter débil, manipulable y por ser de
naturaleza tímida.

Son las presas ideales. “Como padres, hay que hablar mucho
con los hijos ya que cuando están fuera de casa, están completamente solos y
fuera del alcance de la protección familiar.

Hay que darles las herramientas
para que puedan distinguir ellos solos lo que está bien de lo que está mal y
logren reforzar el carácter para poder despegarse de esas compañías.

Lo que
estos niños tienen que lograr es ser indiferente a estos compañeros. Nunca
confrontarlos ni pelearse con ellos, sino ignorarlos a punto tal de hacer de
cuenta que no existen.

 Es la mejor manera de anularlos y aislarlos. Es
fundamental que los pequeños pueden defenderse por sí solos ya que cuando
comienzan el colegio, empiezan a darle forma a la identidad y personalidad
”,
sostiene la socióloga argentina Candela Casarino.


 A medida que los niños crecen, irán afianzando el carácter que han ido
forjando. “Los padres tienen que acompañar a sus hijos sin juzgarlos.

 Cada
uno es como es, pero lo importante es que si ven indicios de algún problema
antisocial lo dialoguen tanto con el niño como con un terapeuta especializado en
el tema ya que un pequeño que es considerado una
mala influencia lo será también
cuando sea grande.

Es importante la comunicación ya que es la única arma con la
que cuentan los adultos para guiar a los hijos
”, comenta la especialista.


Entre malos ejemplos y malas compañías


Estar pendiente de lo que pasa en la clase del niño. Preguntarle a la maestra
sobre cómo está integrado el niño y también al propio hijo para que cuente
quiénes son, en caso de que haya, niños problemáticos.


Escuchar a los hijos antes de juzgar. Si algo les preocupa y lo comentan en la
casa, lo más recomendable es pedir la opinión de la maestra que al fin y al cabo
es quien pasa más horas con los pequeños y sabrá distinguir entre conductas
nocivas, rebeldes o antisociales.


Es fundamental que la conducta dentro del hogar sea la adecuada ya que los niños
se rigen por el ejemplo que procede de sus padres.

Si el niño ve que un
integrante de la familia es sometido, humillado, agredido y manipulado, será un
comportamiento normal para él y que intentará trasladar a su ámbito educativo.


Otro aspecto a no descuidar es el del tiempo libre. Muchas malas influencias se
cultivan cuando hay muchas horas al día que no se enriquecen con ninguna
actividad. Los padres juegan un papel importante en esta situación.

“Una de
las maneras de evitar las malas compañías es hacer que el niño haga deporte,
estimularlo con alguna labor artística o creativa que lo mantenga alejado de las
conductas viciosas.

Si un chico tiene un hábito saludable de vida, será muy
difícil que alguien lo pueda presionar para que se incline por el mal camino
”,
finaliza diciendo la profesional.

¿Qué
pasaría si tu hijo pudiera
duplicar su
productividad y su rendimiento en el momento de estudiar matemáticas de manera
instantánea
, sin dedicar exageradas horas de estudio todos los días y desde
ahora mismo? Descúbrelo ahora haciendo
clic aquí